Casi dos décadas de crisis: la exclusión social afecta a 9,4 millones de personas en España
Un informe de Cáritas y FOESSA revela que la exclusión severa crece un 28% desde 2007, mientras la vivienda y el empleo se consolidan como principales factores de riesgo.
GETAFE/ 09 DICIEMBRE 2024.- España sigue enfrentando las secuelas de la crisis financiera de 2007 y de la pandemia de COVID-19. Según los resultados preliminares de la sexta Encuesta sobre Integración y Necesidades Sociales (EINSFOESSA) de la Fundación FOESSA, 9,4 millones de personas (19,3% de la población) viven en exclusión social, 2 millones más que hace casi dos décadas. Este martes, la sede de Cáritas Española en Madrid acogió la presentación de estos datos, que revelan el impacto estructural de las crisis recientes en los hogares más vulnerables.
La exclusión social severa afecta ya a 4,3 millones de personas, un 28% más que en 2007, lo que evidencia un agravamiento progresivo de las condiciones de vida para muchas familias. Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, destacó que “como sociedad, hemos sido incapaces de superar las consecuencias de la Gran Recesión. Los efectos de la crisis del COVID no deben ocultar que la exclusión social tiene raíces estructurales”.
Emergencia habitacional:
Uno de los puntos más alarmantes del informe es el deterioro de la situación de la vivienda. Más de 4,6 millones de hogares sufren problemas relacionados con el acceso o mantenimiento de su hogar, mientras que 6,8 millones de personas destinan más del 70% de sus ingresos al pago del alquiler, un sobreesfuerzo que se ha disparado un 50% desde 2007.
Además, el 7% de la población vive en condiciones de hacinamiento, y 3 millones de personas dependen de formas precarias de tenencia, como la ocupación o el realquiler. Raúl Flores, secretario técnico de la Fundación FOESSA, subrayó que “estas estrategias de adaptación reflejan una crisis de vivienda que se ha ido gestando durante años, invisibilizada pero profunda”.
El empleo y la salud, insuficientes antídotos:
El informe también advierte sobre el crecimiento de los llamados empleos exclusógenos, que afectan ya al 2,7% de los hogares, y señala que más del 80% de los hogares con personas desempleadas están en exclusión social. Además, dificultades como el acceso a la salud mental y la compra de medicamentos agravan la situación de los más desfavorecidos.
Desigualdades generacionales y de género:
La infancia es uno de los grupos más afectados: la exclusión severa ha pasado del 7,2% en 2007 al 15,4% en 2024. Asimismo, los hogares liderados por mujeres presentan un 34% más de riesgo de exclusión social respecto a los encabezados por hombres.
El informe FOESSA plantea un reto urgente para administraciones y sociedad: abordar estas desigualdades con políticas estructurales. “Estamos ante una gran oportunidad de construir una sociedad más inclusiva”, concluyó Peiro.
Esta realidad pone de manifiesto que, tras casi 20 años de crisis económicas y sociales, la exclusión sigue siendo un desafío estructural que exige soluciones ambiciosas y solidarias.