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La contaminación del aire sigue siendo una grave amenaza para la salud y el medio ambiente en Europa

Cada año, cerca de 240.000 muertes en la UE son atribuibles a la exposición a partículas finas, según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA), mientras nuevas normativas buscan reducir estos impactos.

GETAFE/ 18 DICIEMBRE 2024.- El impacto de la contaminación del aire en la salud humana y el medio ambiente continúa siendo alarmante en Europa, según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA), publicado este 10 de diciembre. A pesar de los avances en la reducción de emisiones, se estima que 239.000 muertes en la Unión Europea (UE) en 2022 se debieron a la exposición a partículas finas (PM2.5), un contaminante clave que afecta gravemente la salud.

El informe destaca que estas muertes, junto con las 70.000 causadas por la exposición al ozono (O3) y las 48.000 por dióxido de nitrógeno (NO2), podrían haberse evitado si se hubieran cumplido las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establecen un límite máximo de 5 µg/m³ para PM2.5.

A nivel ambiental, el panorama no es más alentador. Un 73% de los ecosistemas europeos estuvieron expuestos a niveles dañinos de contaminación por nitrógeno en 2022, lo que amenaza la biodiversidad y altera la estructura de los ecosistemas. Además, un tercio de las tierras agrícolas sufrió pérdidas económicas de al menos 2.000 millones de euros debido a la exposición a concentraciones de ozono que dañan los cultivos.

No obstante, la EEA señala avances significativos: entre 2005 y 2022, las muertes atribuibles a PM2.5 disminuyeron un 45%, manteniendo a la UE en camino para alcanzar el objetivo de reducir estas muertes en un 55% para 2030, como establece el Plan de Acción de Contaminación Cero.

Leena Ylä-Mononen, directora ejecutiva de la EEA, subrayó la importancia de las nuevas normas de calidad del aire de la UE, que entraron en vigor junto con la Directiva de Calidad del Aire 2024/2881. “Aunque hemos avanzado, demasiadas personas, especialmente en ciudades, siguen sufriendo los efectos de una mala calidad del aire. Estos impactos son prevenibles si reducimos los niveles de contaminación en el entorno”, afirmó.

La nueva normativa acerca los límites de la UE a los estándares de la OMS y establece controles más estrictos para contaminantes como partículas ultrafinas, carbono negro y amoníaco, con el objetivo de mejorar la salud pública y proteger los ecosistemas. Sin embargo, la EEA advierte que el objetivo de reducir en un 25% el área de ecosistemas afectados por nitrógeno para 2030 está en riesgo, ya que solo se ha logrado una reducción del 13% desde 2005.

El informe concluye que, aunque los esfuerzos han dado frutos, es crucial redoblar las medidas para garantizar un aire más limpio en Europa, protegiendo tanto la salud de sus ciudadanos como la riqueza natural del continente.

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