Cuando el Atlético de Madrid tendió la mano al Getafe en su hora más oscura
El 24 de diciembre de 1980, el Atlético disputó un partido benéfico en Las Margaritas para ayudar a los jugadores del Getafe Deportivo, que llevaban meses sin cobrar. El resultado fue 1-1 y una recaudación insuficiente para salvar al club.
GETAFE/ 29 DICIEMBRE 2024.- A finales de 1980, el Getafe Deportivo atravesaba una de las crisis más graves de su historia. Ahogado por las deudas, con jugadores y empleados sin cobrar durante meses y el filial Getafe Promesas recién disuelto para reducir costes, el club estaba al borde de la desaparición. Ante esta desesperada situación, los propios futbolistas azulones decidieron mover ficha y buscar ayuda allá donde fuera posible.
La respuesta llegó desde el otro lado de la capital: el Atlético de Madrid, uno de los grandes del fútbol español, aceptó disputar un partido benéfico el 24 de diciembre de 1980 en el Estadio de Las Margaritas. La iniciativa tenía un objetivo claro: recaudar fondos para que los jugadores y empleados del Getafe pudieran recibir, al menos, parte de sus salarios pendientes.
El encuentro fue un acto de solidaridad sin precedentes. Tanto el equipo rojiblanco como el trío arbitral participaron de forma altruista. A pesar de la expectación generada, el estadio apenas alcanzó la media entrada. El partido finalizó con un empate 1-1, un resultado anecdótico frente a la verdadera meta de la jornada: llenar las arcas del Getafe.
La recaudación ascendió a 500.000 pesetas, una cifra que, aunque generosa, se tradujo en apenas 18.000 pesetas para cada jugador. Un alivio mínimo para una situación que exigía mucho más. Aquella modesta inyección económica no fue suficiente para revertir la agonía del club, que continuó su difícil travesía durante los años siguientes.
Aquel 24 de diciembre quedó grabado en la memoria del fútbol getafense no tanto por el resultado en el marcador, sino por el gesto de solidaridad de un Atlético de Madrid que, en plena víspera de Navidad, demostró que el fútbol es mucho más que un deporte: es compañerismo, apoyo y, sobre todo, humanidad.
