Los nuevos contenedores electrónicos llegan a todos los municipios españoles: ¿cómo funcionan y qué ventajas tienen?
La separación de residuos se moderniza con contenedores con cierres electrónicos. Ciudades como Vigo, Burgos o Girona ya los han implementado para mejorar el reciclaje y cumplir los objetivos de sostenibilidad de la UE
GETAFE/ 10 FEBRERO 2025.- España avanza hacia una gestión más sostenible de sus residuos con la incorporación de contenedores electrónicos en múltiples municipios. Estas nuevas herramientas, que ya funcionan en ciudades como Vigo, Burgos, Girona y San Sebastián, incluyen cierres electrónicos que sólo pueden abrirse mediante tarjetas facilitadas por los ayuntamientos, buscando garantizar un reciclaje más eficiente y reducir los residuos inadecuados.
El auge de estos dispositivos responde a los objetivos marcados por la Unión Europea en la Directiva 2018/851, que exige la separación y reciclaje de biorresiduos antes de finales de 2023. Además, la Ley española 7/2022 refuerza esta obligación con metas concretas para los próximos años.
Entre las tecnologías utilizadas, destacan sistemas basados en identificación por radiofrecuencia (RFID) o comunicación de campo cercano (NFC). Por ejemplo, en Vigo, los ciudadanos utilizan la tarjeta PassVigo para acceder a los contenedores y otros servicios municipales. Por su parte, en Burgos, más de 900 contenedores orgánicos electrónicos se instalaron en 2023, logrando un control más riguroso sobre el tipo de desechos depositados.
La implementación de estos sistemas no está exenta de dudas. Muchos vecinos se preguntan si su uso implicará costes adicionales, si las tarjetas registran información personal o si podrán ser multados por no separar correctamente sus residuos. Los ayuntamientos, sin embargo, insisten en que los datos recabados son anónimos y se emplean únicamente para mejorar la gestión de residuos.
Además, estas cerraduras electrónicas presentan múltiples beneficios. Ayudan a evitar el depósito de residuos inadecuados, mejoran la calidad de los materiales reciclados y promueven la concienciación ciudadana sobre la importancia del reciclaje.
Municipios como Girona han ido más allá, realizando pruebas piloto con horarios restringidos para abrir los contenedores, mientras que otros como Mollet del Vallès (Barcelona) utilizan la tecnología para monitorizar el estado de los recipientes en tiempo real.
La adaptación a estos nuevos sistemas es un paso clave hacia un modelo de economía circular, donde la sostenibilidad y la responsabilidad ciudadana se combinan para garantizar un futuro más limpio y respetuoso con el medio ambiente.