Se cita en el Cerro de los Ángeles al enigmático «Grillo de visera», joya de un ecosistema único
Un hallazgo de especial interés que revela el valor del ecosistema original de este enclave y la importancia de conservarlo correctamente
GETAFE/02 MARZO 2025.- El Cerro de los Ángeles, uno de los puntos más emblemáticos de la Comunidad de Madrid, acaba de sumar un nuevo motivo para ser admirado: el reciente registro de la presencia de Sciobia lusitanica, una especie endémica de la península ibérica, conocido popularmente como «grillo de visera». Este discreto y poco conocido insecto fue localizado por primera vez en este enclave la pasada primavera por Cristian G.B., biólogo de la Asociación para el Seguimiento de la Biodiversidad de Getafe, confirmando la riqueza y singularidad ecológica del paraje. A menudo eclipsado por su valor histórico y cultural, el Cerro de los Ángeles guarda también un enorme valor ecológico.
Este hallazgo precisamente pone en el centro de atención al ecosistema original del espacio, moldeado por suelos ricos en yeso, albergando especies de flora y fauna adaptadas a condiciones ambientales singulares, muchas de ellas endémicas o incluso en declive o en riesgo. Lejísimos de la descripción que muchas personas hacen del entorno, “esto antes era un cerro pelado” o “antes era un erial”, entre las formaciones vegetales originales seguramente destacó el coscojar, dominado por la Coscoja (Quercus coccifera), junto a otras muchas especies de matorrales autóctonos que aún hoy perduran en algunas zonas marginales del pinar. Esta formación vegetal seguramente desapareció de este enclave durante el devenir de diferentes contextos históricos, como pudieron ser la Guerra Civil o su uso y recogida para leña, entendiendo la realidad socioeconómica de la población durante esos momentos.
La especie Sciobia lusitanica, como el resto de grillos, es un insecto nocturno y esquivo, caracterizado por su singular «visera», una prolongación en la cabeza que le da su curioso nombre. En la Comunidad de Madrid se encuentra protegido por su estatus «Sensible a la alteración de su hábitat» según el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres. Hasta el momento apenas se citaba en ecosistemas yesíferos bien conservados del Parque Regional del Sureste en Rivas-Vaciamadrid por lo que su localización en Getafe, en un área fuera de este espacio protegido, no solo amplía su distribución conocida, sino que subraya la necesidad urgente de proteger y restaurar estos hábitats yesíferos degradados y poco entendidos históricamente. Es por lo tanto un claro indicio del potencial ecológico del Cerro de los Ángeles, a pesar de las presiones que enfrenta.
El valor de los ecosistemas yesíferos mediterráneos: más allá de los árboles Gran parte de la sociedad asocia la buena conservación de la naturaleza con la presencia estricta de arbolado, lo que en muchas ocasiones ha llevado a la realización de repoblaciones y plantaciones muy densas únicamente de árboles en muchos espacios naturales. Sin embargo, los ecosistemas mediterráneos se caracterizan por presentar una gran diversidad de matorrales y vegetación herbácea, formando paisajes heterogéneos con diferentes coberturas pero de gran importancia ecológica.
Actualmente, el Cerro de los Ángeles está dominado por un pinar muy denso originado por plantaciones históricas de pinos carrascos y cipreses mediterráneos. Es tal la densidad que no solo dificulta el buen desarrollo de los propios ejemplares mencionados, sino que limita la riqueza de especies de todo el espacio natural en su conjunto. Destacan los apenas 4 o 5 claros y espacios desarbolados donde aún persiste la vegetación original, donde también se han documentado a través del monitoreo científico cerca de 37 especies de mariposas, entre ellas Lysandra bellargus, conocida como «Niña celeste».
Esta mariposa destaca por sus vibrantes alas de color azul intenso en los machos, siendo indicadora de hábitats bien conservados y suele encontrarse en praderas soleadas y espacios abiertos, lo que refuerza la necesidad de preservar estos hábitats únicos dentro de este espacio. La realidad a futuro debería pasar por la transformación progresiva del pinar en un bosque mixto. Manteniendo áreas despejadas que conserven y recuperen la vegetación original, permitiendo no solo la conservación y el regreso de especies que dependen de estos hábitats abiertos, menos densos, que son características de la biodiversidad de nuestro municipio, sino aumentando la resiliencia de la masa forestal en el contexto actual de cambio global. Amenazas por el uso descontrolado del espacio No obstante, el Cerro de los Ángeles enfrenta graves problemas de conservación derivados del uso público desregulado.
Actividades como el ciclismo de montaña, el depósito de cenizas de mascotas o incluso seres queridos, entre otras, compactan y erosionan el suelo, fragmentan hábitats yesíferos sensibles, introducen problemas de salubridad y alteran el equilibrio ecológico. A esto se suma la creciente celebración de macroeventos deportivos como el Cross Nacional de la RFEA y el Ayto de Getafe que, aunque sigan directrices oficiales, generan un considerable impacto ambiental muy visible en el entorno. Una llamada urgente a la conservación
Las autoridades locales y la ciudadanía tenemos ahora la oportunidad de valorar aún más este entorno y promover acciones que aseguren su preservación. La implementación de rutas interpretativas, proyectos de restauración ecológica y la regulación de actividades recreativas son pasos clave para proteger este valioso enclave. El Cerro de los Ángeles no solo es un referente histórico, sino también un refugio natural que merece ser cuidado. El “grillo de visera” nos recuerda que aún quedan historias por descubrir en los paisajes locales que creemos conocer.