Andrés Salado: «La música es un estilo de vida»
El director de orquesta y profesor del III Curso-Concurso de Dirección de Banda de Getafe comparte su pasión y experiencia en una entrevista exclusiva
GETAFE/11 MARZ0O 2025.- En el marco del III Curso-Concurso de Dirección de Banda 2025, el prestigioso director de orquesta Andrés Salado ha compartido sus vivencias y reflexiones en el canal de YouTube de la Banda de Música de Getafe. Con una trayectoria destacada y una pasión innata por la dirección, Salado ha relatado cómo descubrió su vocación y los desafíos que enfrenta un director de orquesta en su día a día.
«Es un placer estar aquí con vosotros. Estoy muy contento de poder compartir este ratito de música con toda la banda y con la gente de Getafe», comenzó diciendo el director, agradeciendo la oportunidad de participar en el evento.
Desde su infancia, la música estuvo presente en su hogar. «Yo vengo de una familia de músicos. Siempre estaba Radio Clásica en casa, y desde muy pequeño me ponía a dirigir CDs y LPs imaginando un público ficticio. Un día mi madre me regaló una batuta, que para mí fue como una varita de Harry Potter. Todavía la conservo, aunque está destrozada», relató con una sonrisa.
A pesar de su formación inicial como percusionista, la dirección terminó por conquistarle: «Cuando terminé la carrera, decidí probar la dirección y me enganchó para siempre». Entre sus grandes referentes se encuentra su madre, quien fue violista de la Orquesta Nacional desde los 23 años hasta su jubilación. «Ella me inculcó el amor por la cultura y la música, junto con la exigencia, pero con cariño», destacó. Además, mencionó a su maestro Miguel Romea y a otros directores como Peter Rundel y Jorma Panula, quienes han sido clave en su formación.
El proceso de preparación de un director es intenso. «Muchísimas horas de estudio, muchas infinitas», aseguró. Para Salado, comprender la historia de la obra, su contexto y sus diferentes ediciones es fundamental. «Una obra es un ente vivo que no existe interpretada de una sola manera, sino que el director le da vida con su compromiso y estudio».
Entre las obras que marcaron un antes y un después en su carrera, menciona la Primera Sinfonía de Brahms y la Primera Sinfonía de Mahler. Sin embargo, dirigir la Novena Sinfonía de Beethoven representó uno de los mayores desafíos: «Es una catedral, un monstruo, inmensa y complicada. Dirigirla es un hito en la vida de un director».
A pesar de su éxito, Salado admite haber sentido el síndrome del impostor. «Hace seis o siete años empezé a normalizar que mi vida era estar en un podio y viajar constantemente. Es una vida muy dura, por momentos ingrata, pero también muy bella».
Finalmente, envió un consejo a su «yo» más joven: «Le diría que se tome la vida con calma, que las cosas importantes pasan en casa, con la familia y la salud. A veces los músicos nos exigimos demasiado y olvidamos disfrutar».
Para Andrés Salado, la música es más que una profesión: «Es un estilo de vida, una manera de sentir, de pensar y de vivir». Con esa filosofía, sigue inspirando a nuevas generaciones de directores y músicos.