Ecologismo

Ecologistas en Acción denuncia los impactos del hormigón y exige reducir su demanda

Un informe de la organización resalta la alta contaminación del hormigón, su relación con problemas sociales y su impacto ambiental, pidiendo un cambio de modelo en el sector

GETAFE/06 ABRIL 2025.- El hormigón, segundo material más consumido en el mundo después del agua, vuelve a ocupar la atención pública, pero esta vez no solo por cuestiones económicas, sino por su grave impacto ambiental y social. Recientemente, Ecologistas en Acción ha presentado un informe detallado que arroja luces sobre los efectos de la producción y uso de este material, altamente contaminante y responsable de numerosos problemas ecológicos. En un momento donde el debate sobre sostenibilidad y cambio climático sigue siendo urgente, la organización hace un llamado a la reducción de la demanda de hormigón y una revisión completa de sus usos en la construcción y urbanismo.

La producción de cemento, base del hormigón, es una de las principales fuentes de emisiones de CO₂ a nivel global, responsable entre el 7% y el 8% de las emisiones totales. Lo que agrava este escenario es la complejidad de descarbonizar el proceso de fabricación, ya que no solo se emiten gases contaminantes de las fuentes energéticas utilizadas, sino que también los propios procesos químicos de la fabricación del cemento generan emisiones difíciles de mitigar. La extracción de materias primas de las canteras para producir este material también trae consigo la destrucción de hábitats naturales y la alteración de ecosistemas. A esto se suma el alto consumo de agua: la producción de hormigón representa hasta el 9% de las extracciones industriales de agua a nivel mundial, lo que pone en riesgo los recursos hídricos, especialmente en áreas ya afectadas por el estrés hídrico, como el Levante y el sur de España.

A nivel nacional, el consumo de hormigón se distribuye en un 44% para obra pública y un 56% para la edificación residencial y no residencial. Sin embargo, el informe señala que el uso desmedido de este material ha alimentado una especulación inmobiliaria insostenible y ha dado lugar a una urbanización descontrolada. Las ciudades y áreas urbanas, saturadas de hormigón, sufren de efectos como las islas de calor, donde el material retiene el calor durante el día y lo libera por la noche, exacerbando los efectos del calentamiento global. Además, el hormigón impermeabiliza el suelo, lo que impide la correcta absorción del agua, aumentando el riesgo de inundaciones, como las provocadas por fenómenos como las DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático.

El informe de Ecologistas en Acción subraya la urgencia de un cambio en el modelo de construcción, proponiendo alternativas para disminuir los impactos del hormigón. Entre las recomendaciones más destacadas están la rehabilitación de edificios existentes, el uso de materiales ecológicos y una planificación urbana que priorice la regeneración de espacios ya construidos en lugar de la expansión continua de la urbanización. Sin embargo, la organización advierte que cualquier intento de solucionar los problemas derivados del hormigón será insuficiente sin una reducción en la demanda de este material. Si no se lleva a cabo una disminución significativa de su consumo, será imposible cumplir con los objetivos climáticos y frenar los graves daños ambientales y sociales que ocasiona.

En conclusión, el informe de Ecologistas en Acción exige un cambio de paradigma que no solo reestructure los procesos productivos, sino que también impulse un cambio social, laboral y económico que ponga la sostenibilidad y la vida humana en el centro. El futuro de nuestro entorno urbano depende de nuestra capacidad para repensar el uso del hormigón y, en última instancia, reducir nuestra dependencia de este material en la construcción.

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