Educación

Una investigación de la UC3M alerta del impacto político del discurso digital dominante

La profesora Pilar Carrera analiza cómo Internet y las redes sociales han erosionado el pluralismo simbólico, instaurando nuevas formas de control bajo la apariencia de transparencia y empoderamiento

GETAFE/10 ABRIL 2025.- Una nueva investigación realizada por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) arroja luz sobre el profundo impacto político que el ecosistema digital ejerce en nuestras sociedades. El estudio, liderado por la catedrática del Departamento de Comunicación, Pilar Carrera, advierte sobre el carácter cada vez más hegemónico y homogéneo del discurso dominante en Internet, especialmente en redes sociales, y sus consecuencias sobre la democracia y la subjetividad contemporánea.

El trabajo, recogido en el ensayo La comunicación en el diván. Efectos políticos del imaginario digital (Editorial Cátedra, 2025), examina cómo las formas digitales de interacción han dado lugar a un “cuasi monopolio discursivo” que no sólo moldea los relatos mediáticos, sino que permea también esferas como la política, la cultura, el arte e incluso lo íntimo. Carrera sostiene que este fenómeno, lejos de representar una ampliación democrática, promueve simulacros de transparencia que ocultan nuevas formas de control simbólico.

“Del Big Brother al Big Data, este ensayo podría definirse como un análisis del inconsciente mediático y sus efectos políticos en una sociedad articulada cada vez más en torno a la lógica del entertainment”, explica la autora, que combina elementos del psicoanálisis, la filosofía y la teoría crítica para desentrañar la lógica que subyace en la aparente polifonía de la red.

Uno de los ejes del análisis se centra en cómo la arquitectura mediática de Internet ha diluido las condiciones necesarias para una democracia efectiva, sustituyendo el debate plural por una narrativa unificada que responde, en última instancia, a intereses económicos y estructuras de poder. “La falacia de la tabula rasa y los mitos de la desintermediación han sido muy eficaces para desviar la atención de quién controla realmente el ruido digital”, subraya Carrera.

La obra también pone el foco en la creciente disociación entre la esfera pública y privada, especialmente agudizada durante la pandemia del COVID-19, lo que para la autora supone “un retroceso hacia regímenes pre-democráticos” en términos de imaginación política. El repliegue sobre una privacidad hiper-mediatizada ha contribuido, según el estudio, a desactivar el potencial transformador de lo colectivo.

Otro punto crítico del análisis es el discurso mainstream sobre la inteligencia artificial, que Carrera califica como “una mezcla milagrera y apocalíptica, que contribuye a disolver la noción de responsabilidad”, desplazándola del ámbito corporativo hacia entes difusos como algoritmos supuestamente autónomos.

La investigación concluye que el entorno digital ha generado una narrativa determinista y cerrada sobre el mundo, disfrazada de libertad y participación global, cuando en realidad “el relato digital es sólo reflejo de sí mismo, de su propia lógica”.

Este estudio invita a repensar críticamente el papel de Internet como medio de comunicación de masas y su influencia en los procesos de construcción simbólica, subjetiva y política. Una llamada de atención desde Getafe al debate global sobre los efectos del imaginario digital.

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