Urbanismo

Getafe podría ganar en vivienda asequible y sostenibilidad si el Verdegueral se urbaniza por expropiación

Un modelo público de desarrollo permitiría crear un parque de vivienda en alquiler y evitaría la especulación de los fondos buitre en una ciudad con graves problemas de acceso a la vivienda

GETAFE/20 ABRIL 2025.- El futuro del desarrollo urbanístico del Verdegueral, una de las últimas grandes bolsas de suelo sin edificar en Getafe, podría marcar un punto de inflexión en la política de vivienda de la ciudad. Mientras crece la presión para que este nuevo barrio se urbanice bajo el sistema de compensación —que deja en manos de grandes propietarios e inversores privados la gestión del suelo—, cada vez más voces defienden que se opte por el sistema de expropiación. ¿La diferencia clave? La capacidad del Ayuntamiento de liderar el proyecto y ponerlo al servicio del interés general.

Optar por la expropiación permitiría a la administración pública asumir el control del suelo, planificar el desarrollo del barrio y destinar una parte significativa a la creación de un parque público de vivienda en alquiler. Esto supondría un respiro para miles de familias que no pueden acceder a una vivienda digna ante los elevados precios del mercado.

En un contexto de emergencia habitacional, con listas de espera para acceder a vivienda pública y alquileres que superan con creces el 30% del salario medio en Getafe, este modelo permitiría enfriar la presión del mercado inmobiliario. “No podemos permitir que el Verdegueral se convierta en un nuevo pelotazo urbanístico. O apostamos por un urbanismo que garantice el derecho a la vivienda o seguiremos condenando a generaciones enteras a la precariedad habitacional”, señalan desde colectivos vecinales y plataformas por la vivienda.

El modelo de expropiación también permitiría reservar suelo para equipamientos públicos, zonas verdes, servicios sociales y espacios comunitarios, evitando un desarrollo urbano pensado exclusivamente en función del beneficio económico. Por el contrario, si el proyecto cae en manos de fondos buitre y grandes tenedores, el resultado sería un barrio construido a golpe de especulación, con viviendas vendidas a precios inflados y sin garantías de acceso para la mayoría social.

Getafe tiene ante sí la oportunidad de apostar por un urbanismo responsable, sostenible y justo. La decisión sobre el Verdegueral no es meramente técnica: es profundamente política. ¿A quién quiere servir la ciudad con sus nuevos desarrollos urbanísticos? La respuesta puede definir el modelo de ciudad durante las próximas décadas.

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