Movilidad

Las Zonas de Bajas Emisiones mejoran la salud de los vecinos: menos enfermedades respiratorias y mejor calidad de vida

Diversos estudios en España y Europa demuestran que vivir en áreas con menos contaminación reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, además de aumentar la esperanza de vida

GETAFE/ 16 FEBRERO 2025.- La implantación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en ciudades de España y Europa está teniendo un impacto directo y positivo en la salud de sus habitantes. Investigaciones recientes han confirmado que la reducción del tráfico y de los niveles de contaminación en estas áreas se traduce en menos enfermedades respiratorias, mejor salud cardiovascular y un incremento en la calidad de vida de los vecinos.

En ciudades como Barcelona y Madrid, los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente reflejan una disminución de hasta un 20% en los niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂) en el aire tras la implantación de las ZBE. Esto se traduce en una reducción significativa de los ingresos hospitalarios por enfermedades pulmonares como el asma y la bronquitis crónica. Un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) estima que, si se cumplen los límites de contaminación recomendados por la OMS, podrían evitarse hasta 3.000 muertes prematuras al año en España.

A nivel europeo, ciudades como Londres y Berlín, que han aplicado restricciones de tráfico similares, han experimentado mejoras notables. En Londres, la reducción de la contaminación ha evitado aproximadamente 1.500 hospitalizaciones anuales por afecciones respiratorias, según datos del King’s College. En Berlín, un análisis del Instituto de Investigación Ambiental de Alemania concluyó que los habitantes de las ZBE tienen un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en comparación con quienes residen en zonas con mayor tráfico.

Los beneficios también incluyen una mejor salud mental, ya que la reducción del ruido y la mejora de la calidad del aire han sido vinculadas a menores niveles de estrés y ansiedad. Además, la promoción de la movilidad activa en estas áreas, como el uso de la bicicleta o caminar, favorece la prevención de enfermedades como la obesidad y la diabetes.

Las evidencias científicas refuerzan la necesidad de mantener y expandir las Zonas de Bajas Emisiones en las ciudades, no solo como una medida medioambiental, sino como una estrategia clave para proteger la salud de la población y garantizar un futuro urbano más sostenible.

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