Feminismos

«Nos matan por ser mujeres, mujeres diversas, pero mujeres al fin»

Mar Cambrollé denuncia en Getafe la violencia estructural que sufren las mujeres trans y llama a combatir el auge del odio con unidad feminista y conciencia social

GETAFE/07 ABRIL 2025.- Este sábado, Getafe ha acogido una intensa jornada contra los discursos de odio organizada por la Federación de Plataformas Trans, en la que han participado referentes del activismo LGTBI, migrante y feminista. Entre las voces más potentes ha brillado la de Mar Cambrollé, histórica activista trans y presidenta de la Asociación Trans Andalucía (ATA) y de la Plataforma Trans estatal. Con su intervención, Cambrollé puso nombre, cifras y contexto a una realidad brutal: la violencia sistemática que sufren las mujeres trans en todo el mundo.

“La media de vida de las mujeres trans en Latinoamérica no supera los 40 años. Desde 2008 hasta 2024, han asesinado a más de 8.900 personas trans en el mundo, el 96% mujeres trans”, denunció Cambrollé, citando los datos del Observatorio Internacional Transrespect. “Nos matan por ser mujeres, mujeres diversas, pero mujeres al fin. Igual que a las mujeres cis, nos ataca el mismo enemigo: el patriarcado, el capital y el machismo”.

En su discurso, la activista subrayó cómo las violencias hacia las mujeres trans no son aleatorias, sino profundamente estructurales. “Matan a mujeres pobres, racializadas, migrantes. Es el género, el racismo y la clase actuando a la vez. Es una estrategia de exterminio”, afirmó.

Cambrollé no esquivó las críticas a la inacción europea ante la ola reaccionaria global, ni a ciertos sectores del feminismo que excluyen a las mujeres trans de su discurso. “Lo que está haciendo Trump en EE.UU. —retirar tratamientos médicos, sacar a mujeres trans de cárceles de mujeres, quitar la custodia a padres que apoyan a sus hijos trans— es un crimen de lesa humanidad. Y Europa calla. Aquí también lo vivimos: el PSOE y Sumar han premiado la transfobia con figuras como Carmen Calvo, que recuperó discursos franquistas y negó nuestra identidad como mujeres”.

Su intervención terminó con un alegato claro: unidad en la lucha feminista, sin exclusiones ni jerarquías. “No se puede desdibujar el patrón de nuestro agresor para culparnos a nosotras. Nosotras nunca hemos sido un peligro. Seguimos estando en peligro”.

La jornada en Getafe sirvió así como espacio de denuncia, memoria y articulación política. Porque frente al avance del odio, la única respuesta posible es colectiva.

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